Entendiendo el Bienestar.
Uno de nuestros objetivos como
seres humanos es la búsqueda del Bienestar.
Bienestar es la unión de dos
palabras: Bien y estar. Queremos estar bien, sentirnos bien, estar tranquilos,
en equilibrio, sosegados, sin preocupaciones.
Queremos una vida de libertad y
sentirnos a gusto.
Sin embargo, para alcanzar ese
bienestar, debemos asumir compromisos y responsabilidades con nosotros mismos y
con los demás.
Entonces, ¿quién es responsable de tu Bienestar? Pues, tú mismo.
El hombre fundamentalmente tiene
dos fuertes deseos:
1. Amar y ser amado.
2. Pertenecer.
El bienestar se ubica dentro de
esa visión de amar, en primera instancia a sí mismo, y en segunda instancia a
los demás.
Ese bienestar tiene que ver con
el respeto por ti, por lo que eres y lo que deseas alcanzar. Cuando aprendes a
amarte y aceptarte tal como eres, es más fácil aceptar al otro. Cuando logras aceptar al otro como alguien
auténtico y único, comienzas a pertenecer a esos espacios en donde te sientes
cómodo e identificado con ese grupo del cual formas parte.
En nuestra vida y procesos, todo
es un intercambio. Ese intercambio es
realmente un intercambio de energía. La energía no se crea ni se destruye, solo
se transforma.
Cuando definimos, por comodidad,
que vivimos en un sistema cerrado, la única energía que existe es la que está
contenida, o forma parte del mismo. Por tanto, la energía permanece en
constante intercambio y transformación, desde algo muy sutil como nuestros
pensamientos, hasta algo muy denso que forma parte de la realidad física tridimensional
en la que vivimos, que percibimos de forma limitada con nuestros sentidos.
Todo este intercambio de energía
y cambio, es lo que hemos dado en llamar tiempo. Lo único que medimos en el tiempo, es la trasformación
de la energía. De hecho, un reloj convierte energía mecánica, si es de cuerda o
automático, en movimiento. Lo mismo sucede con un reloj que funciona a
baterías; convierte energía eléctrica en energía mecánica. A este movimiento hemos
llegado al acuerdo de llamarlo tiempo.
Los seres humanos vivimos en un
espacio multi-dimensional, atravesado constantemente por la energía. Habitamos
en una transformación constante. Para manifestar nuestros deseos, debemos visualizar
y procesar la energía de nuestros pensamientos, hasta convertirlos en una
realidad densa que podamos palpar. El tema es que muchas veces esas ideas, tienen
bloqueos generados por juicios, creencias, patrones o paradigmas que limitan nuestra
vida, e impiden que manifestemos la realidad que queremos.
Nikola Tesla decía que pensáramos
en términos de energía, vibración y frecuencia, ya que de esa forma se
manifiesta la naturaleza. Todo lo que sucede
en nuestra realidad está compuesto por esas variables; aprendamos a pensar en
esos términos.
De acuerdo con algunas ideas orientales,
el hombre está en el medio del Yin y del Yang.
El Yin es tierra, lo que nutre, protege, cuida, alimenta, es oscuro,
femenino, lo pesado, se identifica con
el cuerpo. El Yang es el cielo, es
creativo, luminoso, brillante, fuerte, lo liviano, se identifica con el
pensamiento, etc. El hombre está en el
medio del Yin y del Yang. Por eso, para estar en bienestar tiene que equilibrar
esos fuertes intercambios de energía para funcionar de manera más armónica.
Buscando esa armonía aparecen conceptos
como el desapego, aprender a soltar. No aferrarnos a nada. Todo aquello a lo
que nos aferramos implica un gasto inútil de energía, que sale de alguna parte
de nuestro cuerpo y afecta nuestro bienestar y salud.
También es importante perdonar lo
que sucede. No es lo que sucede lo que nos afecta. Es lo que pensamos acerca de
lo que sucede lo que realmente nos afecta. Son nuestros juicios, pensamientos,
creencias, patrones y paradigmas, los que crean nuestra realidad, ya sea que la
veamos como algo bueno o malo.
La realidad es completamente neutra.
Es un lienzo en blanco. Somos nosotros quienes le colocamos color, sonido,
música, ruido, olores, sensaciones, o cualquier cosa que se identifique con
nuestros sentidos (VAK: Visual, Auditivo o Kinestésico). Lo que percibimos es
consecuencia de lo que pensamos. Por lo tanto, realmente nunca sucede nada.
Somos nosotros quienes nos contamos una historia acerca de lo que sucede. Que creamos
que es de cierta manera, es una interpretación particular. De allí que nuestras reacciones hablan más de
quienes somos, que de lo que hacemos.
La vida es perfecta. Todo es un juego infinito de fuerzas y
energías que nos cuesta comprender, porque simplemente somos noveles para
entender lo que sucede. Aún nos falta mucho camino por recorrer y aprender. Por
ejemplo, la culpa es un invento del hombre. El pecado también. Son
manipulaciones de creencias, ideas, filosofías, que construyen dogmas para
mantener su estructura.
Somos perfectos tal como somos. Nuestras
interacciones tienen que ver con aquello que somos, o creemos ser, que a veces construimos
de forma inconsciente a través de nuestros pensamientos. La felicidad es una
resolución, que dibujamos con nuestras acciones. Decidimos ser felices,
independientemente de lo que pase afuera.
Es una actitud ante la vida, así como el bienestar.
Nuestros aprendizajes construyen o
limitan nuestro mundo, nuestra realidad.
Las emociones son manifestaciones de nuestra energía, que generan a su
vez reacciones que intentan protegernos de aquello que creemos que sucede. Nos movemos entre dos emociones extremas: El
amor y el miedo. El amor condena y el
amor perdona.
Cuando entendemos que el perdón
cura, entonces nada de lo que crees que sucede realmente sucedió. Por tanto, puedes equilibrar tu vida, y
vivirla fluyendo en su corriente, disfrutando del sentido de la misma.
El Tao, que también se traduce
como el camino, nos dice que la vida es como un inmenso rio con su propio
sentido. Simplemente todo se hace, todo sucede, todo ocurre. La inteligencia está en aceptar que aquello
que sucede es lo mejor que puede pasar. Cuando fluimos en el Tao, cuando nos dejamos
llevar por la corriente, cuando somos capaces de simplemente aceptar lo que
pasa sin asignarle valoración, comenzamos a apreciar lo que la vida realmente
nos puede ofrecer. Si tratas de nadar de
alguna forma contra la corriente, y tratas de imponerle condiciones al sentido
del Tao, sin pensarlo mucho te va a castigar con toda su fuerza para que
entiendas su filosofía.
Nuestro sentido en esta realidad
es aparecer y desaparecer, o también como decimos: nacemos y morimos. Pero realmente no es así. Nuestro Ser es
mucho más que la pequeña manifestación física que vemos. Es mucho más que esta simple realidad en la
que nos movemos. Mucho de lo que sucede es resultado de fenómenos que nos
cuesta entender apropiadamente, porque están más allá de nuestra percepción o
entendimiento. Por eso es difícil hablar
de causa y efecto o causalidad, que es la forma newtoniana de concebir el
mundo, originada desde las civilizaciones antiguas (conceptos como Karma, Dharma,
Maya, Vedanta). También podemos hablar de sincronía o casualidad, porque
simplemente todo sucede tal como debe suceder. El Universo es perfecto tal como
es. Nuestra mente aún es muy inexperta
para entender la magnificencia de la creación.
Somos parte fundamental del Universo. Sin nosotros, el Universo dejaría
de tener significado, simplemente porque estaría incompleto. La energía no se crea ni se destruye, solo se
transforma. Y ese proceso por el que atraviesa nuestro cuerpo desde que
aparecemos hasta que desaparecemos, es consecuencia directa de esa
transformación de energía, del intercambio con lo que nos rodea.
El Bienestar es el proceso de
aceptar la vida tal como es, como sucede. Como dice Viktor Frankl en su libro
“El hombre en busca del sentido”; “…al hombre se le puede arrebatar todo salvo
una cosa: la última de las libertades humanas –la elección de la actitud personal ante un conjunto de
circunstancias- para decidir su propio camino.”
Hoy el sentido de la vida me
trajo hasta aquí, para compartir aquello que he aprendido, entendido, pensado,
meditado, contemplado o aceptado a lo largo de mí transitar. Es una mirada
particular, que luego de mucho tiempo me permite entregar aquello que soy para que
puedas ser quien debes Ser.
Bendiciones para ti.
CONTACTO:
Mi
nombre es Francisco De Lisa. Soy educador, investigador, emprendedor
y coach ejecutivo y organizacional. Me dedico a apoyar, asesorar, entrenar,
facilitar, hacer Mentoría y coaching a individuos, emprendimientos y
organizaciones. Misión: Educar para Transformar. Mi propósito:
Empoderarte. Cada sesión, facilitación o entrenamiento es un aprendizaje. Si
algo de lo que comenté te hizo sentido, y consideras que puedo ayudarte,
contáctame por francisco@cybernotas.com o al correo fdelisa.coach@gmail.com.
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