domingo, 8 de diciembre de 2024

CRECIMIENTO PERSONAL. RESPONSABILIDAD COMPARTIDA

 



CRECIMIENTO PERSONAL.
RESPONSABILIDAD COMPARTIDA.

 

Ayer conversaba con un amigo que me hablaba de su preocupación por lo que él percibe como la ausencia de compasión en el mundo.  Y mientras teníamos la charla se me ocurrió que el problema no está en el otro.  El problema reside únicamente en cada uno de nosotros, en nuestra forma de ver las cosas.  No puedo cambiar al otro. Solamente puedo trabajar en mí.

 

Algo que debemos aprender es lograr una aceptación incondicional de la realidad. Es decir, lo que interpretamos que sucede, está de acuerdo con nuestros patrones y paradigmas particulares. No tiene nada que ver con lo que realmente ocurre.

 

Desde mi mirada, estoy en contra de lo que llamo el “buenismo”, lo cual defino como asumir de forma inocente lo que sucede.  En este caso, es una aceptación condicional de la realidad, basada en el concepto de ser buenas personas.

 

La aceptación incondicional o desapego nos da el poder de hacer algo para cambiar. El “buenismo” nos obliga a aceptarlo como víctimas de las circunstancias.  

 

Cada acción genera responsabilidad, y muchas veces desconocemos sus verdaderas consecuencias.  Eso se debe, fundamentalmente, a la estrecha red de conexión que existe entre todos los seres humanos, y que una simple “acción” puede desatar cualquier cantidad de “reacciones” posteriores, consecuencias de un simple cambio en la manera de ver el mundo.

 

En otras ocasiones he mencionado que la idea de acción y reacción que nos describe Isaac Newton en su tercera ley de la Mecánica Clásica, es la que muchas veces empleamos para describir el karma, y lo que sucede en nuestra vida.  Quizás, desde cierto punto de vista, nos entrega una primera explicación o más bien una aproximada.

 

Sin embargo, la posterior aparición de la Mecánica Cuántica, y su forma de explicar lo que sucede en la naturaleza física, obliga a hacer cambios en la forma de entender la realidad. 

 

En primer lugar, nos movemos en campos de energía, y esos campos determinan las situaciones que vivimos.  Desaparece el determinismo y aparece la probabilidad. Por tanto, podemos cambiar la realidad cambiando nuestra forma de pensar acerca de ella, es decir, cambiando nuestra línea en el campo energético en el que nos movemos.

 

Nuestras decisiones no determinan lo que hacemos, es necesario incluir lo que sentimos y pensamos.  En función de dichas variables se generan las situaciones.

 

Por otro lado, de acuerdo con la física, la energía no se crea ni se destruye, tan solo se transforma.  Eso nos dice que el mundo está en constante transformación, ya que la energía está constantemente cambiando.  Nada permanece. Todo cambia.  Desde nuestra realidad más sutil como lo es el pensamiento, hasta la más densa como lo es la realidad física.

 

No sabemos cuáles son las dimensiones del Universo, pero la física asume que el Universo es infinito.  Por tanto, todo es abundante, todo existe y está a disposición de cada uno de nosotros. El concepto de escasez y limitación es algo que hemos aprendido, no es una verdad.

 

La realidad es neutra. Eso significa que puedes construir la realidad que tú desees, ya que eres el único responsable de tu propia realidad.

 

Nos dice Un Curso de Milagros en la lección No. 338:

“Sólo mis propios pensamientos pueden afectarme.”

 

Son nuestros pensamientos los que crean nuestra realidad.  Solamente vemos aquello que queremos ver.  “Si cambias la forma como ves las cosas, las cosas cambian de forma.”

 

Somos dueños de nuestra realidad, de lo que creamos. Decimos también que somos responsables de cada una de nuestras creaciones.  Para cambiar el mundo, tenemos que comenzar por cambiar nuestra forma de ver el mundo.

 

No vale la pena criticar o emitir juicios acerca del otro. El otro solo ve lo que quiere ver. Y eso no depende de mí.  Por ejemplo, si yo aprendí a respetar la Ley, no puedo obligar a otro a que lo haga, si no cree en ello.  Usando otra frase acuñada por Esther y Jerry Hicks, tomada de su libro La Ley de la Atracción: “Permite y Permítete.”  Deja que el otro sea lo que quiere ser, y sé tú aquello que deseas.


La fuerza de esta explicación es que te permite entender que eres tú quien tiene el poder de cambiar su realidad, y ver aquello que desea, alcanzando así sus objetivos. Nada depende del otro, solo depende de ti y de tu forma de ver lo que sucede. Eres el protagonista de tu vida, por tanto, asume la responsabilidad que te confiere el poderío que tienes.

 


 

CONTACTO:

 

Mi nombre es Francisco De Lisa.  Soy educador, investigador, emprendedor y coach ejecutivo y organizacional. Me dedico a apoyar, asesorar, entrenar, facilitar, hacer Mentoría y coaching a individuos, emprendimientos y organizaciones.  Misión: Educar para Transformar.   Mi propósito: Empoderarte. Cada sesión, facilitación o entrenamiento es un aprendizaje. Si algo de lo que comenté te hizo sentido, y consideras que puedo ayudarte, contáctame por francisco@cybernotas.com o al correo fdelisa.coach@gmail.com.

                                                        

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