sábado, 8 de junio de 2024

EL PODER DEL PENSAMIENTO

 


EL PODER DEL PENSAMIENTO.

 

Tanto si crees que puedes, como si crees que no puedes, estás en lo correcto.

 

Todo el poder reside en tus pensamientos.

 

Por eso, los pensamientos mueven montañas, literalmente.

 

Si estás seguro de que algo es cierto, sin duda, eso será cierto para ti.

 

Por eso muchas veces creemos que tenemos pensamientos premonitorios, pero más bien, tenemos pensamientos que explican nuestra forma de ver el mundo, y se adaptan a lo que sucede.

 

¿Qué es una creencia? Es un pensamiento que se repite muchas veces, hasta que se convierte en una verdad inalterable.  Sin embargo, ¿es verdad? O, ¿es la forma cómo aprendimos a interpretar el mundo?

 

Normalmente sucede que aprendimos en nuestra primera infancia, de nuestros cuidadores, algunas ideas clave que se quedaron grabadas en nuestra memoria particular.  Y esos pensamientos se convirtieron con el paso del tiempo, en creencias válidas, que se repiten tantas veces, que lo hacen como para ser verificadas.

 

Esas ideas forman parte de nuestro sistema de valores, y allí es donde están guardadas no solo lo que aprendimos en casa, sino también lo que aprendimos en el colegio, de nuestra familia, etc.  Y es ese sistema de pensamiento donde verificamos la validez de nuestras creencias, lo que genera nuestra forma particular de ver el mundo.

 

Por eso, a veces nos cuesta entender cómo piensan otras personas, otras culturas, otras experiencias o ideologías. Nos cuesta creer en la magia, porque nuestro pensamiento está estructurado de una manera particular que no acepta la presencia de la ilusión en nuestras vidas.

 

Es posible que algunas de esas creencias sean posteriormente integradas con otras, como por ejemplo, el Karma y el Dharma, que son ideas de una cultura lejana a la nuestra, ni buena ni mala, solo diferente. Pero esa explicación del Karma y el Dharma se acopla con lo que creemos que funciona en el Universo, como la ley de acción y reacción de Newton, y decimos que el Karma es si actúas mal, todo vendrá en tu contra, mientras que el Dharma te dice que mientras más actos positivos tengas en tu vida, ésta será más placentera. De nuevo, refuerza la vieja idea newtoniana de acción y reacción, o causalidad.

 


Ahora bien, esa idea está enmarcada dentro del pensamiento cartesiano (“pienso luego existo), mecanicista.  Por lo tanto, es una mirada particular de la realidad, que no explica los fenómenos cuánticos que hoy en día conocemos, como por ejemplo la dualidad onda-partícula de la luz, o los cuantos o niveles en los que se mueve la energía, o que el observador perturba la realidad modificándola a su paso, etc.

 

En los años 30 del siglo pasado, Robert Wilhem trajo su versión del I Ching, un oráculo chino, y del Tao Te King una obra de sabiduría de Lao Tze.  Con una interpretación completamente diferente de la realidad, que se contrapone con nuestra interpretación occidental, basada en la cultura judeocristiana.  En aquel momento Carl Jung redactó el prólogo del I Ching donde definió, quizás por primera vez, la idea de la Sincronicidad y cito: “un concepto que configura un punto de vista diametralmente opuesto al de causalidad.”

 

“…la Sincronicidad considera que la coincidencia de los hechos en el espacio y el tiempo significa algo más que un mero azar, vale decir, una peculiar interdependencia de hechos objetivos, tanto entre sí, como entre ellos y los estados subjetivos (psíquicos) del observador o los observadores.”

 

De acuerdo a esto, dice Jung que el modelo del mundo es una estructura decididamente psicofísica. En otras palabras, nuestro estado psíquico altera profundamente nuestra percepción de mundo, al punto de influir en lo que sucede: “…la sincronicidad trata de la coincidencia de los hechos.”

 

Me declaro amante de la sabiduría que encierra el I Ching. Y tengo profundo respeto por lo que dice.  Al punto que en estos días, en una situación en donde me sentía bajo de ánimo y preocupado ante lo que sucede, se me ocurrió hacer una tirada, y quede sorprendido con las respuesta, que aclaró mi forma de ver lo que sentía. Sin profundizar en la interpretación del libro, comparto con ustedes:

 


Hexagrama 47. K´un. La opresión (el agotamiento). No creemos que alguien pueda cambiar o que cambie nunca. Creemos que es demasiado tarde para rectificar la situación o para influir sobre ella.
Hexagrama 10. Li. El porte (la conducta). Acerca de intentar forzar el progreso.

 

Para mí, la descripción fue perfecta. Era una fotografía de mi estado psíquico. Me hizo darme cuenta cómo me sentía, y sobre todo, el creer que la solución está en mis manos, sin entender que todo tiene su propio sentido; que hay que dejar que lo creativo actúe y se manifieste. Eso no está en mis manos.  Puedo manejar mi energía, y cuando me preocupo o peleo contra lo que sucede, disperso la energía inútilmente.  De allí cuando dice: “Creemos que es demasiado tarde para rectificar la situación o para influir sobre ella.” O cuando tratas de modificar lo que sucede tratando de acelerarlo: “Acerca de intentar forzar el progreso.”

 

Todo tiene su tiempo en esta manifestación en la que vivimos.  La fruta no cae del árbol hasta que esté madura.  Ni el gusano se convierte en mariposa antes de tiempo. Entonces, ¿por qué habrían de ser las cosas diferentes en mi caso? El cambio de energía, traducido en términos de tiempo, es un proceso de modificación que se lleva a cabo, no es instantáneo. Cambiar de un estado a otro es una modificación energética que sucede en nuestros dominios corporales, emocionales, mentales y espirituales.  Si queremos cambiar de un estado a otro, es probable que tengamos que dar un salto energético tal que nos mueva a una línea distinta, lo que algunos autores llaman línea de tiempo.  La energía no se mueve de forma continua, cambia en saltos.

 

Si algo manifiesta el I Ching y el Tao Te King, es la virtud de la paciencia.  Cuando decides cambiar, apenas comienza el proceso.  A menos que tus canales energéticos estén completamente limpios, la manifestación va a tardar, ya que tanto el Universo como la persona tienen que ajustarse a la nueva configuración energética. Tú no estás solo en este Universo, por tanto los cambios son un proceso que tardan tiempo, ya que la energía debe ajustarse por completo.

 


Cualquier cosa es posible si tú así lo crees.  La energía está allí para convertir tus pensamientos en realidad.  La manifestación física es condensar la energía en una forma más densa que el nivel del pensamiento donde fue concebido. Permite que actúe el Universo y que la manifestación se haga.

 

Y sobre todas las cosas, ten cuidado con lo que piensas.

 

Desde el coaching Ontológico trabajamos estos cambios y transformaciones, y te acompañamos en los aprendizajes necesarios para pasar de un estado actual a uno futuro, lleno de más posibilidades.  Nuestro trabajo es ayudarte a encontrar tus propias respuestas de la situación en la que habitas, y permitir que encuentres un espacio de crecimiento en tu propia evolución.

 

 

 

CONTACTO:

 

Mi nombre es Francisco De Lisa.  Soy profesor, emprendedor y coach. Me dedico a apoyar, asesorar, entrenar, facilitar, dar mentoría y hacer coaching a individuos, emprendimientos y organizaciones.  Misión: Transformar al Mundo.   Mi interés: crecer contigo. Cada sesión, facilitación o entrenamiento es un aprendizaje. Si algo de lo que comenté te hizo sentido, y consideras que puedo ayudarte, contáctame por francisco@cybernotas.com o al correo fdelisa.coach@gmail.com.

             

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