DARSE CUENTA
El maravilloso “darse cuenta”, es
descubrir el patrón inconsciente, dar el grito de “Eureka!!!” de Arquímedes, es
esa idea que te muestra un juicio o pensamiento importante, que tenías
escondido en los recovecos de tu mente.
Cuando alcanzas el “darse
cuenta”, eres capaz de entender aquello que te frenaba o limitaba sin tú
saberlo. Es posible avanzar y extender los límites de tu zona de confort,
creando nuevas posibilidades en tu vida.
¿Cómo descubrir ese pensamiento inconsciente que me limita?
Hay varias formas, por ejemplo, a
través de un profundo trabajo interior que puede ser realizado en soledad, navegando
en las aguas profundas de tu mente; con la ayuda de alguien que pueda mostrarte
el pensamiento limitante, como un coach; o cuando la vida te reta con nuevas e inéditas
situaciones.
A ese trabajo en soledad le
llamamos meditación o introspección profunda.
Al trabajo en compañía se le
llama sesión de coaching y tiene que ver con tus aprendizajes.
Y cuando la vida te reta con
nuevas situaciones, le llamamos cambios y ajustes.
En las dos situaciones iniciales,
tienes tiempo para avanzar. Cuando la vida cambia, estás obligado a reaccionar.
En las empresas u organizaciones también
nos encontramos con el maravilloso “darse cuenta”.
Las nuevas situaciones no las
podemos trabajar con las viejas herramientas.
Muchas veces, es necesario cambiar la forma de ver el mundo, para
entender los retos y avanzar. Los aprendizajes
que tuvimos en la infancia, probablemente resultaron útiles en aquellos
momentos, y es posible que funcionaran durante mucho tiempo. Sin embargo, como
todo, simplemente se desgastan con el tiempo, aparecen nuevas situaciones y
para poder enfrentarlas o resolverlas, necesitamos pensar de forma distinta.
Por supuesto es un reto. Si veníamos
haciendo las cosas de cierta manera, preguntamos: ¿por qué no está funcionando
ahora? Pues, probablemente porque el interlocutor o el cliente cambió, y ya no
le interesa la forma como manejamos la situación o vendemos el producto. Quizás
porque espera otra cosa. Quizás porque debemos entender de qué va la
diversidad, la ecología y la nueva manera de ver el mundo. No es ni mala ni
buena, simplemente evoluciona.
La realidad es aquello que
nosotros queremos que sea. Pero eso no implica que los demás entiendan o vean
la misma realidad que nosotros. Lo más probable es que no. Y para poder comprendernos,
es necesario llegar a acuerdos que permitan establecer bases de entendimiento
en las cuales podamos conversar o negociar.
Para lograrlo, tenemos que estar abiertos a aprender, dispuestos a cuestionar
las creencias o patrones que definen nuestra manera particular de ver el mundo.
Es difícil vivir sin los juicios
o creencias que constituyen tu sistema de valores. Pero es aún más difícil discutir
con el otro sin que podamos comunicarnos y tener que enclaustrarnos en nuestra
zona de confort, que ahora se ha convertido en una prisión sin paredes. Los muros de esa cárcel están construidos con
nuestros juicios y pensamientos, que definen aquello que creemos es real; pero que
no lo es.
Cuando estamos dispuestos a abrir
la mente y cuestionar nuestras ideas, aparece la oportunidad de entendernos con
el otro y progresar en la búsqueda de nuevas formas de comunicación. El ser humano tiene dos necesidades fundamentales:
1. Amar.
2. Pertenecer.
Si no lo consigue, el ser humano es
infeliz. Por tanto, buscamos de
conectarnos con el otro.
Lo mismo sucede en las
organizaciones. Las organizaciones son organismos complejos, compuestos por
muchos seres en interacción constante, buscando objetivos comunes. Es por esa razón que comenzamos por definir la
Misión, Visión y Valores con la finalidad de establecer horizontes comunes y
acuerdos predeterminados. Las
organizaciones son redes conversacionales que se construyen a lo largo y ancho
de ella.
Asimismo, también sucede en las
organizaciones que a pesar de conocer la Misión, Visión y Valores, desconocemos
el propósito de lo que hacemos. La realidad
es aquello que queremos ver. Muchas veces los sistemas que hemos creado en la
organización están diseñados para mostrar los que nos interesa o creemos
importante, descuidando otras variables significativas, que pueden mostrar
nuevos y desconocidos elementos, que nos ayudarían a entender mejor el negocio
en el que nos movemos. Eso sucede porque desconocemos el núcleo del negocio o “Core
Business”. Conversaba una vez con una
estudiante muy aventajada que tenía varios emprendimientos, y ella me planteaba
el caso de una distribuidora de aceites que ella maneja, donde me indicaba que desde
su punto de vista lo importante era su estrategia de liderazgo en costos, basado
en productos más económicos. Eso por
supuesto, dependía de dos cosas: primero, obtener buenos precios de los productos que distribuía,
y segundo, de trabajar en los procesos de la organización para que fuesen lo más
eficientes posibles. Entonces entendió
que su negocio era distribuir productos, y que no solo podría distribuir
aceites sino cualquier otro tipo de elementos, como accesorios e inclusive
repuestos, fortaleciendo los procesos de la empresa, ya que eso era el centro
de su negocio. Por supuesto, con su estrategia de publicidad y una excelente
gestión de su empresa, podía avanzar y obtener el máximo beneficio en un
mercado tan competido, y con márgenes tan ajustados, como lo es la distribución
de productos, partes, piezas y repuestos automotores.
En ese caso reconoció que su “core
business” era la distribución de productos, lo cual le permitió entonces crecer
vía franquicia desarrollando su concepto, apoyada con el soporte de mercadeo
que ella le daba al negocio.
De esa forma, cambió la manera
como entendía el negocio y se “dio cuenta” que el mismo no estaba limitado a la
distribución de lubricantes. Ese “darse cuenta” le abrió las puertas a nuevas
posibilidades e impulsó su crecimiento para poder convertirse en líder y alcanzar
el volumen de ventas que deseaba, para exigir a sus proveedores mejores
precios. Por supuesto, su enfoque fundamental ahora era disponer de procesos eficientes,
a través de una gestión automatizada, empleando sistemas y transformación
digital, para reducir los costos y convertirse en una alternativa viable en un
mercado de alta competencia.
Ese cambio de mirada, esa novedosa
apreciación de lo que era su “core business” le permitió ver nuevos horizontes.
En este caso encontró su propósito y probablemente ajustó la Misión del
emprendimiento, para estar más orientado a resultados y probablemente a
beneficios. Lo mismo sucede a nivel personal, cuando entiendes que un
pensamiento o una manera de ver el mundo limitan tu crecimiento.
¿Qué esperas para cuestionarte tus creencias?
En mi caso, intento diariamente de
cuestionar mis creencias, ya sea a través de la meditación o de conversaciones
con mis compañeros. Vale la pena intentarlo. Entenderás que la vida es mucho más
que aquello que crees posible. Es allí
cuando tus sueños se convierten en realidad.
CONTACTO:
Mi
nombre es Francisco De Lisa. Soy educador, investigador, emprendedor
y coach ejecutivo y organizacional. Me dedico a apoyar, asesorar, entrenar,
facilitar, hacer Mentoría y coaching a individuos, emprendimientos y
organizaciones. Misión: Educar para Transformar. Mi propósito:
Empoderarte. Cada sesión, facilitación o entrenamiento es un aprendizaje. Si
algo de lo que comenté te hizo sentido, y consideras que puedo ayudarte,
contáctame por francisco@cybernotas.com o al correo fdelisa.coach@gmail.com.
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