LA IMPORTANCIA DE LA INTEGRACIÓN.

 

Esta es una reflexión personal.

 

Integración: Acción o efecto de integrar o integrarse. Integrar: hacer que alguien o algo pase a formar parte de un todo.

 

Con el tiempo me he dado cuenta de lo importante que es la integración de los conocimientos, sobre todo cuando has dedicado mucho tiempo y de manera constante a aprender distintas materias. Entonces, llega un momento en que la integración es necesaria.

 

Es como decantar ese aprendizaje de manera tal que comienzas a entender que todo tiene un orden, una estructura. Quizás debido a una forma de ver y entender la realidad, en la que a veces pecamos, de mecanicistas cartesianos; nos cuesta ver el todo como la suma sinérgica de las partes. Cuando logramos hacerlo, entonces vemos una realidad diferente plena de oportunidades y nuevas explicaciones.

 

Quizás esa integración es lo que también se conoce como experiencia. Es decir, la suma de conocimientos y vivencias acumuladas, que permiten conectar la información y encontrar explicaciones más profundas, más allá del simple concepto, o de la causa efecto.

 

En los últimos días, y quizás debido a los diferentes cursos que me ha tocado dictar, de repente comencé a sentir lo que algunos le llaman “deja vu”, algo así como un profundo “darte cuenta”, donde empiezas a entender las correlaciones entre las distintas variables.  De pronto, te das cuenta que por ejemplo, el mercadeo, no está aislado de la gerencia empresarial, ni de las finanzas. Que los modelos de negocio necesitan sumar una serie de disciplinas para ser eficientes y obtener los resultados que aspiramos.

 

Que los nuevos medios no son más que viejas posibilidades y deseos, que se han abierto y que te permiten alcanzar nuevos objetivos.  Entonces todo aquello que hemos aprendido comienza a tener sentido y a caer por su cuenta, como en el viejo juego de tetris, donde vas llenando espacios cuando eres capaz de acomodar las figuras geométricas en su lugar.

 

Sinceramente, para mí es un placer darme cuenta de que las cosas son de esa forma. Comienzo a ver la realidad de una manera distinta, más plena, llena de posibilidades.  Y sobre todo,  algo que me apasiona, es que siento que ahora puedo comunicar mejor a mis estudiantes esa información, porque además, como me permite ser más crítico, las preguntas son más incisivas, y buscan de penetrar más profundo en el conocimiento y darle mayor significado a lo que estamos estudiando.

 

Recuerdo que cuando tuve la oportunidad de estudiar el coaching ontológico, de repente lo que más me llamó la atención de todas esas ideas, era la posibilidad de integrar todo lo que había leído a lo largo de los años. Quizás por eso es que esa formación fue tan significativa para mí.

 

No solo desde el punto de vista de qué puedo hacer por los demás, sino también desde la mirada del significado que tiene para mí, y sobre todo el darme cuenta de qué puedo hacer con ella para entender lo que me ha pasado, y reconocerme como un Ser con potencial infinito.

 

Es posible que algunos piensen al leer esto, que carezco de humildad. Nada más lejos de la verdad.  Carecemos de humildad cuando no somos capaces de reconocer lo que verdaderamente somos, el poder que reside en nuestro interior, y lo que podemos hacer con él. Carecemos de humildad cuando permitimos que cualquier idea nos detenga y limite, venga de donde venga, como sea que el mismo haya llegado a nuestra mente.

 

Carecemos de humildad cuando negamos la verdadera naturaleza del ser humano y nos empeñamos en ser débiles y miserables, incapaces de aceptar con responsabilidad, aquello que realmente somos.  Carecemos de humildad cuando nos cuesta reconocer el poder que tenemos como hijos de Dios, con todo lo que eso signifique para ti.  Nuestro estado natural es de confianza y plenitud, llenos de paz y amor. Cuando eras pequeño y estabas con tus padres, no había temor porque tenías plena confianza en ellos. Hoy es diferente. Sin embargo, podemos vivir en plenitud, seguros de alcanzar metas superiores, mucho más que el tímido personaje que hemos construido, a partir de historias que nos hemos contado, lleno de miedos, limitaciones y dudas, que habita un mundo hostil.

 

Muchas veces pienso que cargamos con una desesperanza aprendida, resultado de la dominación del hombre por el hombre. Si reconocemos nuestro poder, es difícil que alguien pueda controlarte.  No porque te vayas a rebelar, sino porque es imposible engañarte. Los que tienen miedo son aquellos que ocupan el poder y quieren controlarte. Es por eso que juntos: sociedad, cultura, educación, familia, etc., contribuyen en esa domesticación del hombre, para mantenerlo sometido e infeliz, viviendo una fantasía, buscando lo que nunca ha de encontrar, preguntando para no encontrar respuestas, porque eso que busca no está afuera, sino en su interior.

 

En estos días me he dado cuenta de lo insignificante que ha sido mi vida en muchos aspectos, buscando de encontrar la felicidad o la alegría en ilusiones.  Trabajando o viviendo las vidas de otros, basados en patrones manipulados. Me di cuenta de lo volátil e insignificante que soy, cuando aquello por lo que tanto luché, desapareció sin darme cuenta. Entonces me hice una pregunta que quedó retumbando en mi cabeza: ¿Por qué he perdido tanto tiempo?

 

Hoy, con unos medios ubicuos, donde cada uno vive su vida pegado a un celular, que ahora forma parte importante de tu cuerpo, que te acompaña a donde quiera que vayas, que es parte de tu personalidad, e incluso te identifica y diferencia de los demás, es todavía peor.  El desespero por conseguir esos famosos 15 segundos de fama ha hecho que muchas personas estén creando contenidos que realmente no sirven. Y por supuesto, a las plataformas eso no les importa, mientras mantenga la atención de los usuarios conectados como zombis a las aplicaciones.

 

Hoy más que nunca, los antivalores de una sociedad son evidentes. Cualquiera se convierte en una autoridad con sólo decir alguna perogrullada, o repetir algo que ya fue dicho. Incluso es más fácil manipular al usuario, porque como se lo que te gusta, porque tú mismo me lo dices, te doy más cosas que ver, con lo cual te estoy dando la razón.  Por lo tanto, si crees que la Tierra es plana, y empiezas a buscar historias de que la Tierra es plana, pronto las aplicaciones te enviarán más contenido que te hará buscar y buscar, para darte la razón, ya sea que te parezca gracioso o que creas en ello de verdad.  Y así, voy alimentando una creencia, hasta que al final, creerás que la Tierra es plana, aunque la realidad diga lo contrario.

 

Tus pensamientos son tan poderosos que cualquier cosa en la que tu creas será cierta para ti. Nos dice Un Curso de Milagros:

 

“El poder de las creencias es ciertamente formidable. Los pensamientos que albergas son poderosos, y los efectos que las ilusiones producen son tan potentes como los efectos que produce la verdad.” (Lección 132, 1. 3).

 

Si crees en los marcianos, ellos existirán. Si crees en que alguien te quita tu felicidad, así será. Si decides tener un locus externo en tu vida, no podrás controlar lo que sucede en ella. Y pare usted de contar.

 

Todos buscamos la verdad absoluta. Parafraseando UCDM: “…la verdad no puede tener opuestos”. El problema es que buscamos para no encontrar.  Si el EGO es una construcción de tu mente, basado en tus ideas, aprendizajes, patrones, juicios y creencias particulares, entonces: ¿Cómo puede ser verdad?

 

Tus ideas, patrones y creencias crean el mundo que tú aprendiste a percibir. Eso no significa que sea cierto para los demás. Por tanto, lo que construyo es una apreciación “relativa” de la verdad, construida sobre una realidad neutra, que refleja lo que está en mi mente.  No puedo imponer a los demás mi criterio porque ello forma parte de una apreciación particular de la verdad. Para conectarme con el otro, debo llegar a acuerdos, compartir ideas o juicios, que conduzcan a una visión compartida de la realidad.

 

Por ejemplo, tomemos un tema álgido, la infidelidad.  ¿Es buena o mala?  Depende de tu punto de vista y la moral en la que te estés basando. Depende también del acuerdo de convivencia entre las partes. Por ejemplo, para los que practican la poligamia o el poliamor, la infidelidad es válida y compartida. Pero para aquellos que creen en la monogamia, es una afrenta que se paga con una inmensa culpa que ambas partes deben llevar a cuestas; uno porque fue infiel y el otro porque no fue lo suficientemente bueno.  La naturaleza animal del hombre no maneja ese concepto moral, lo cual no justifica el incumplimiento del acuerdo de convivencia. Y como es un acuerdo, basado en una promesa, es necesario cumplirlo o reformularlo.

 

En ese ejemplo, no tiene cabida la verdad. Tiene cabida los puntos de vista que tenemos que revisar, para determinar el mejor camino para llegar a algún acuerdo que garantice la convivencia de las partes. Por lo tanto, esas verdades relativas buscan un acuerdo para compartir un punto de vista que establezca un patrón común desde el cual pueden evaluar su relación.

 

Así sucede en muchas situaciones en nuestra vida. Podemos estar o no de acuerdo con algunas situaciones, pero si forman parte de los acuerdos tendremos que cumplirlos o buscar de negociarlos, de manera que se ajusten a la realidad que se vive en un momento dado.

 

Y eso es parte de la integración de nuestro conocimiento.  Quizás en otro momento buscaría de imponer mi punto de vista por la fuerza, o por la superioridad, o por la edad. Sin embargo, conforme envejezco no sé si me hago más sabio, aprendí a disfrutar mi paz sin entrometerme en la vida de los demás, o simplemente entiendo que todo pasará.

 

Un poco larga la reflexión, pero forma parte de las cosas que uno aprende y medita en el día a día.

 

 

CONTACTO:

 

Mi nombre es Francisco De Lisa.  Soy profesor, emprendedor y coach. Me dedico a apoyar, asesorar, entrenar, dar mentoría y hacer coaching a individuos, emprendimientos y organizaciones.  Misión: Transformar al Mundo.   Mi interés crecer contigo. Cada sesión, facilitación o entrenamiento es un aprendizaje. Si algo de lo que comenté te hizo sentido, y consideras que puedo ayudarte, contáctame por francisco@cybernotas.com o al correo fdelisa.coach@gmail.com.

             

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