SANANDO A TRAVÉS DEL COACHING
¿Puede ser el coaching un instrumento de sanación?
¿Permite el coaching eliminar situaciones que nos
afectan y que generan conflictos que se manifiestan en nuestro cuerpo?
¿Es posible enfrentar patrones y creencias empleando
el coaching para transformarlas, e iniciar un verdadero cambio en nuestra forma
de interpretar y ver el mundo?
¿Es factible alcanzar esos cambios en nuestra forma
de ver el mundo?
¿Qué produce la enfermedad?
Comencemos por hablar del coaching. El coaching es
una conversación estructurada que permite la interacción entre un coach y un
asistido, en la que, el asistido trae una preocupación, inquietud, quiebre,
preocupación a la conversación, donde finalmente el coach aporta su mirada
particular. La responsabilidad en esta interacción recae en el asistido, ya que
es él quien tiene que hacer los cambios, y darse cuenta de las situaciones que
lo limitan. En ese descubrir y
comprometerse, la relación de coaching genera posibilidades para trabajar
aprendizajes y corregirlos, a fin de encontrar opciones que lleven a obtener
nuevas respuestas. El papel del coach en
el proceso es servir de facilitador en el aprendizaje del asistido. No
interviene en sus juicios; le ofrece una mirada diferente.
El trabajo del coach está basado en la indagación
constante sobre la inquietud que trae el asistido. Es probable que las preguntas que realice,
generen respuestas por parte del asistido, en todas sus dimensiones: corporal,
emocional, mental y espiritual.
Somos lo que pensamos, y existe una relación directa
entre lo que sentimos, cómo lo sentimos y las creencias que sostenemos. Nuestro
cuerpo refleja lo que sucede con nuestras emociones y pensamientos. Decimos que
somatizamos nuestras creencias, y como dice Caroline Myss: “Nuestra biología refleja
nuestra biografía.”. Las emociones están conectadas a conductas determinadas
por patrones aprendidos, que tienen que ver con juicios, patrones y creencias.
En el Coaching Ontológico, la conexión de los diferentes
dominios (corporal, emocional, lingüístico), permite intervenir desde uno de
ellos, a cualquiera de los otros. De allí resulta que si cambiamos lo que
pensamos, podemos modificar la corporalidad y las emociones. Lo mismo sucede
con los otros dominios.
La mayoría de las situaciones, quiebres o
preocupaciones que se traen a consulta, tienen que ver con circunstancias donde
el asistido considera, que no posee la capacidad o la habilidad para resolverla,
o advierte que no merece lo que le sucede. A veces, existe propensión a castigarse
sin razón, asociado a la cultura del sacrificio y la culpa. Otras veces se presentan quiebres como resultado
de heridas de la infancia, los cuales fueron aprendizajes realizados a temprana
edad, consecuencia de malas interpretaciones en relación a lo que sucedió.
El castigo, la frustración, la culpa, el
sufrimiento, etc., son patrones aprendidos a través de las ideologías, religiones,
educación, cultura y sociedad, medios, etc., en los que vivimos. El hombre y su
capacidad de crear símbolos y patrones. Nuestra cultura ha sido exitosa en la
creación de mitos, ídolos o arquetipos, que se transmiten de generación en
generación. Es esa misma mitología la que genera patrones de comportamiento,
que se convierten en modelaje, que justifican distintas formas de pensar y de
actuar. Así, en nuestra cultura greco-romana,
están presentes los patrones típicos de Zeus, Apolo, Artemisa, Heres, Hades,
Afrodita, Marte, etc. Cuando empleamos uno de esos patrones y no lo reconocemos,
es difícil cambiar de actitud y reconocer donde estamos parados.
Se habla del camino del héroe, nombrado así por las
contiendas que libramos en la vida. En todas las culturas existe el culto al
héroe, en donde las batallas ilustran la lucha entre la barbarie y la humanidad,
y los esfuerzos que deben hacerse para recuperar la consciencia. Ya sea el
Mahabarata, la Ilíada, las Guerras Santas, las guerras de libertadores, permanentemente,
vemos la lucha del hombre con el hombre, y consigo mismo. En esta continua
lucha nos involucramos de forma innecesaria.
Las ideas de aquellos hombres que cambiaron la
historia en diferentes culturas y épocas, como Platón, Buda, Jesús, Lao Tze, Mahoma,
etc., fueron utilizadas, por la clase dominante, dando origen a aquella frase
que dice que la religión es el “opio del pueblo”. Ninguno de esos sabios pretendió dominar al
mundo, sin embargo, sus ideas de amor, paz, unidad, integridad, ética, moral,
etc., fueron tergiversadas para manipular la humanidad.
La Medicina Tradicional China, nos dice que la
Energía original se divide en dos partes:
1. La Energía Ancestral que entregan nuestros padres resultado de la unión del espermatozoide y el óvulo, en donde se transmite toda la información genética de la especie, y en particular la energía de la pareja, para el nuevo ser humano.
2. La Energía Ancestral Emocional, que también es parte de lo que heredamos, y está asociada a la cultura, las emociones y la familia, de las cual provenimos, con sus costumbres, formas de ver el mundo, etc.
Ambas energías actúan en la vida del nuevo ser
humano, determinando no solo su herencia en la parte corporal, sino también su
herencia emocional.
Esta herencia emocional define al hombre que va a
ser en el futuro. Sus aspiraciones, deseos, capacidades, posibilidades,
limitaciones, etc. Y en algún momento, esas creencias, justificadas o no, decidirán
el tipo de ser que aspira llegar a Ser.
Cuando pensamos que NO nos merecemos algo, como por
ejemplo, la felicidad, buscamos la forma de sabotear cuando llega. Sentimos que
no somos dignos, no tenemos derecho, para qué, etc., y esa negación nos lleva a
la infelicidad.
Esa negación continua de lo que sucede, negar la
realidad, termina afectando la salud, castigándonos innecesariamente por creer
que algo que logramos no lo merecemos, y si lo tenemos es porque tarde o
temprano nos lo van a quitar. Vivimos llenos de emociones limitantes y
negativas como el miedo, la rabia, la tristeza, la vergüenza, la culpa, la
pena, la frustración, etc., que afectan al cuerpo. Cuando esas emociones se
instalan en nuestro cuerpo de forma indebida, lo van desgastando hasta
destruirlo.
La buena noticia es que podemos cambiar,
transformarnos, aprender nuevas y poderosas ideas y creencias. Es posible
intervenir cualquier dominio para modificar el otro. No tenemos que morir de
forma lenta y dolorosa porque algo nos afecta. ¿Es fácil?, no lo es. ¿Es
posible?, pues sí. Solo hay que intentarlo.
Tomemos el control de nuestras emociones. Controlemos nuestros pensamientos. Disfrutemos el cuerpo. Aprendamos a vivir en zonas de confort de mayor amplitud y posibilidades. Siempre es posible encontrar el camino para crecer. El hombre es un ser magnifico y poderoso, capaz de re-crearse continuamente. Emplea el poder que tienes para transformarte. La Sanación es un proceso largo, que comienza cuando te atreves a desmontar los patrones que limitan tu verdadera evolución. El coaching es una herramienta poderosa te ayuda a descubrir habilidades y competencias, que permiten iniciar ese proceso de reconocimiento y crecimiento.
CONTACTO:
Mi nombre es Francisco De
Lisa. Soy profesor, emprendedor y coach. Me dedico a apoyar,
asesorar, entrenar, dar mentoría y hacer coaching a individuos, emprendimientos
y organizaciones. Misión: conectar con la Abundancia. Mi
interés crecer contigo. Cada sesión, facilitación o entrenamiento es un
aprendizaje. Si algo de lo que comenté te hizo sentido, y consideras que puedo
ayudarte, contáctame por francisco@cybernotas.com o al correo cybernotas.blog@gmail.com.
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