sábado, 30 de marzo de 2024

EL CUADRANTE DEL FLUJO DEL DINERO

 



EL CUADRANTE DEL FLUJO DEL DINERO.

 

Hay un libro “Padre Rico, Padre Pobre”, escrito hace muchos años por  Robert T. Kiyosaki, que habla de inversiones.

 

Traigo este tema a propósito de conversar sobre el Cuadrante del Flujo del Dinero, y de entender que es conveniente que los emprendedores tengan una mirada a largo plazo que les permita convertirse en Inversionistas, de modo que pongan su dinero a trabajar para ellos.

 

El problema realmente está en las siguientes dos variables:

ü  Dinero = d

ü  Tiempo = t

 

El objetivo es ¿cómo poner a producir tu dinero en el tiempo?

 


a.    Si estas en el cuadrante “E” de empleado, cambias tu tiempo por dinero. De esa manera, comienzas en el mercado laboral, intercambiando un recurso por otro, con la finalidad de obtener dinero para saltar a uno de los otros tres cuadrantes.

b.    Si pasas al cuadrante “A” de autoempleo, usando parte del recurso recibido o disponible (d), puedes usando tú tiempo (t) generar más recursos que pueden llevarte a alguno de los otros dos niveles.

c.    Cuando operas en el cuadrante “D” de dueño de empresa, en ese momento el dinero trabaja por ti, ya que has organizado tu empresa, de forma que funciona prácticamente sola, y tienes la posibilidad y el conocimiento para comprar activos que generen beneficios.  El único detalle es que dependes de esa inversión, y todavía no estas completamente diversificado.

d.    En el cuadrante “I” de inversionista, el dinero trabaja para ti, tienes el tiempo que necesitas para evaluar nuevas inversiones y seguir disponiendo del uso del dinero “d” en el tiempo “t”.

 

Para poder pasar entre cuadrantes, debes buscar activos que generen beneficios y que puedan ofrecerte una renta adecuada, cuyo valor neto sea mayor que el costo de oportunidad de tener tu dinero en una inversión equivalente en el mercado.  De esa forma garantizas el crecimiento de tu inversión y puedes seguir comprando activos que generen un beneficio cada vez mayor.

 

Por supuesto que para alcanzarlo es necesario planificar y trabajar todas las posibilidades que te permitan alcanzar ese sueño de independencia financiera.  De allí la importancia de la educación financiera, y sobre todo de conocer la trascendencia que tiene el tema del interés compuesto.

 

Lamentablemente el modelo educativo existente está pensado para crear mano de obra barata para trabajar en fábricas y empresas.  Ese ha sido su objetivo principal. Por esa razón la educación financiera ha sido prácticamente vetada en la formación básica, y solo se convierte en una materia importante cuando estas decidido a tomar en serio la profesión de administrador o economista. 

 

La educación financiera es fundamental para todos los individuos, ya que te ayuda a controlar y manejar tus recursos.  Hoy día, en esta nueva era, es cada vez más importante disponer de este conocimiento, ya que en cualquier momento aparecen crisis que prácticamente te dejan sin dinero, consecuencia de las medidas que toman los políticos, a los que el bienestar de los ciudadanos les tiene sin mayor cuidado.  Solo están dispuestos a aplicar pañitos calientes para paliar un poco los efectos de sus erradas medidas económicas, sin atender verdaderamente las causas del problema y ayudar a los ciudadanos.

 

De allí, la importancia de tomar decisiones personales o de inversión a largo plazo, que te independicen de las decisiones económicas de los gobiernos, lo cual solo se puede lograr cuando eres capaz de disponer y manejar la información adecuada, que te permita tomar las decisiones apropiadas en cada escenario.

 

La economía tiene sus propios ciclos, algunos de ellos nos ayudan, mientras que otros nos afectan.  Aquí aparece aquella frase que nos recuerda que: “no es conveniente tener todos los huevos en la misma cesta.”  De allí la importancia de diversificar las inversiones que se realizan, de forma de poder surfear las olas del cambio, tomando las previsiones del caso.

 

Como decía anteriormente, lo que pretende la escolaridad actual es mantener lo que se decidió hace tiempo y es: obtener mano de obra barata y confiable. En otras palabras, intercambiar tiempo por salario.

 


Este esquema, que viene de la era industrial, se está haciendo cada vez más obsoleto, debido al tipo de trabajo que realizan hoy en día los empleados. Ya no estamos hablando de trabajos básicamente manuales, sino también de actividades que implican el uso y manejo de información. Estamos hablando de “mano de obra intelectual”. De allí que lo que se había planteado en la educación del siglo XX queda obsoleto, gracias a la evolución de los distintos medios de producción por un lado, y por otro a la aparición de la competencia digital que cambia el paradigma educativo.  Ciertamente, el empleado u obrero tradicional, era contratado para realizar labores repetitivas en su mayoría. Sin embargo, hoy día esas labores están siendo realizadas, cada vez más por robots inteligentes, y la inteligencia artificial comienza a reclamar su posición en el mercado, razón por la cual la mano de obra se hace cada vez más especializada, escasa y costosa, con lo cual las empresas deben cambiar la forma de organizarse, y por otro lado, la vieja escuela está en la obligación de actualizarse o desaparecer.

 

El Empleado anterior, ya no es el mismo que tenemos hoy.  Si se quiere está a medio camino entre la “E” y la “A”, ya que muchos de esos empleados sobre calificados, toman la decisión de independizarse y cobrar por su trabajo como una marca personal, de manera de no estar atados a un solo cliente.  Sin embargo, muchos de ellos desconocen los temas de educación financiera, por lo cual no preparan apropiadamente sus esquemas de independencia futura.   De allí la importancia de este conocimiento, a fin de brindarles alternativas de crecimiento e inversión.

 

Lo cierto es que el “A” autoempleado, es un emprendedor que dedica mucho de su tiempo a realizar una labor. Puede ser por ejemplo un excelente mecánico, o un increíble artista. Lo importante de este espacio es tener la capacidad de planificar y buscar metas que le permitan obtener independencia financiera a mediano o largo plazo. Una cosa es estar trabajando a los 25 años, creando oportunidades, y otra muy diferente es encontrarte tratando de crear un capital a los 60 años.  Son escenarios completamente diferentes y desproporcionados en cuanto a posibilidades.

 

Esto nos lleva a la importancia de diseñar un Plan de Inversión que te permita evaluar distintos escenarios y poner en funcionamiento una estrategia adecuada para hacer crecer tu capital en el tiempo, a fin de garantizar tu independencia financiera.  La mesa está servida.  Hay que trabajar en esa dirección.  

 

 

CONTACTO:

 

Mi nombre es Francisco De Lisa.  Soy profesor, emprendedor y coach. Me dedico a apoyar, asesorar, entrenar, dar mentoría y hacer coaching a individuos, emprendimientos y organizaciones.  Objetivo: Crear Emprendedores exitosos, desde una Marca Personal hasta una Gran Empresa.   Mi interés crecer contigo. Cada sesión, facilitación o entrenamiento es un aprendizaje. Si algo de lo que comenté te hizo sentido, y consideras que puedo ayudarte, contáctame por francisco@cybernotas.com.

 

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